miércoles, 4 de junio de 2014

ADIOS INDIA, ADIOS...


EL MIEDO QUE SE TRANSFORMO EN LUZ. BREVE ESCRITO DE HACE UN MES

A menos de dos días de iniciar mi viaje hacía la India, lo confieso, tengo mucho miedo...

Tengo miedo de llegar allí y a solas no saber que hacer, de sentirme profundamente solo, perdido en lo que es otro mundo, tan abrumado...

Pero por otra parte sé que ya no hay vuelta atrás, no puedo darme la vuelta, porque no tengo más destino que ese. En Valladolid no tengo nada que hacer más que morirme de asco y ser un mono de feria para los que me critican y se ríen de mí, y luego está la mujer por la que vanamente llevo enamorado tres años, y que lejos de no quererme, me repudia, y puede, que me odie además de llamarme loco...

Sinceramente, aún pese al miedo, prefiero morirme en la India, y el fondo si lo pienso, no es tan malo como parece, al menos mi cadáver sería cremado frente al Ganges, y según dicen, en ese río te liberas del ciclo de reencarnaciones según las creencias orientales, y eso, en parte, me consuela, porque no volvería a sufrir viviendo en un mundo tan pequeño y tan bello, en donde una arrogante especie como el ser humano se deja engañar por sabios de la maldad, y se mata por puñados de arena...

No tengo que tener miedo, si tengo que perecer en el viaje...pues que así sea, no me importa, hasta mis últimas consecuencias, viviré y moriré como nací, libre.

Así pues se haga sentencia en mi camino, en aquello llamado por la mente, vida...

No miedos, no apegos, tan solo, libertad, que corsario de la vida soy, y nunca me habré sentido tan feliz de haberme sentido perdido, porque me salí de la ilusión y mi perdición fue porque anhelaba algo más, sentía un impulso real de vivir, y por encima de todo, caminar en paz, aún todo fuera desierto, con la promesa, de algún día, morar en felicidad mientras mis pasos se transformaban en huellas de serenidad.

No tengo miedo...



Y aquí estoy un mes después, en el lugar en el que esta aventura comenzo, Nueva Delhi. Un mes y pico que ahora, así por así tengo que salirme y regresar a lo que me ata, a lo que corta mis alas para volar, una sociedad llamada Occidente, un falso país llamado España, una corrompida ciudad sin querer generalizar, antropocentrista por parte de mucha de sus gentes llamada Valladolid, de la cual tuve que escapar, al no poder, aguantar a sus gentes, a las que ironias de mi carácter, eche de menos. Todo listo para volver de nuevo a encontrarme con amargas situaciones que me forzaron a huir, con personas para las que ya para siempre estaré crucificado en su falso racionalismo y ego progre/aburguesado. Vuelvo como comencé, en solitario, deseoso de partir de nuevo, porque lo se, porque lo se que mis anhelos serán punaladas en mi pecho que harán brotar de nuevo sangre que teñirá mi rostro, con la que deseare empapar a los hipócritas, a la juventud a la que pertenezco tan falsamente libre en mayoría, a quienes me gustan, y a solas chillare como nunca, deseare ser guerrero y abrazar el arte de la guerra, abrazar mi cólera de fuego y sembrar llamas...

Pero y no sera así, esta vez no, basta, basta, soy un ser humano, no tengo que chillar a aquellxs seres que viven en su ignorancia llamada inteligencia con la cual se creen dueños de juzgar a los diferentes, a los que ante tanta mierda moral huimos, nos adentramos en la oscuridad existencial porque deseamos canalizar ese espíritu de libertad que late en nuestros pechos. No nos sometemos a ningún dictamen, de ningún falso estado, de ninguna maldita bandera, de ningún fascista ser que desee imperar sobre nuestras mas férreas voluntades de vivir. Es cierto, no somos como los demás, en lugar de vivir una vida sustentada por falsedades, de no complicarnos la existencia siendo mas que números, decidimos rebelarnos, pelear y caminar, y al final optamos por abandonarlo todo y vivir nuestras existencias como buena mente fuere en este mundo que nunca entendimos, cierto. Pero esta vez no chillare, volveré, pero me iré, no se a donde, pero marchare, en busca de respirar mas libertad...

Lo que he sentido en India ha sido en lineas generales tremendo, miles de situaciones, cientos de personas a las que nunca olvidare por haber compartido esas pequeñas porciones de su vida conmigo. A decir verdad, nunca llegue a pensar lo que realmente viviría, que realmente estaría aquí, perdido, pero gracias a una persona  decidí hacerlo, aliviar ese anhelo amoroso y buscar lo que me hacia perder la vida, la falta de esperanza, gracias...He conocido sitios increíbles, con vistas que solo esta búsqueda me ha dado. He sentido sensaciones espirituales inmensas, de brotar y estar en mucha paz con el mundo, abrir los ojos tras meditar y ser todo amor hacia el prójimo. He aprendido pese a que la soledad muchas veces me ha hecho daño, a estar solo, a aprender a vivir del medio, en comprension y respeto hacia otras gentes y valores, y ahí ha sido cuando me he apreciado y querido a mi mismo, al ver el enorme potencial humano que como persona tengo, y sentirme muy feliz de tener esa energía tan brillante que mana de mi pecho, el amor. Y todas esas cosas son las que voy a traerme a mi ciudad a la que a veces amo y otras veces odio, aunque como he dicho, si una vida normal, un amor, una cierta paz social con los de mi entorno no es posible, paso de chillar, paso de esas cosas, abandonar, y caminar de nuevo hacia donde me lleve la vida, pero ya sin deber nada a nadie, sin apegos, sin ataduras. Soy como soy, y este es mi camino, si puedo lo compartire, deseoso estoy de hacerlo, si no, pues seguiré caminando solo hasta que el destino ponga punto y final a esta vida, ya no tengo miedo a nada, nada me importa, solo ser libre...

Se que escribo algo agitado, es cierto, estoy nervioso, ha pasado un mes desde que solitariamente decidí penetrar por un país desconocido, otro mundo, India, tan y tan lejos, del falso hogar...Lo que aquí he visto, he hallado, tengo miedo, miedo a perderlo todo y encontrarme con que y perdón por reiterarme, mis anhelos son meras ilusiones prendidas como un mal cigarrillo que no cala y terminar tirándolo a la alcantarilla.

HE SENTIDO

He sentido la luz de la Luna a lo lejos frente a un desierto sin fin, extenderse su brillo por las dunas mientras cantaba una olvidada canción de corsario. Las hormigas trepaban por mis pies y me quedaba petrificado como una flor del desierto, seca por fuera, brillante por dentro, y la vida venia y se marchaba, y era todo tan hermoso, mientras contemplaba...

He sentido al fuego incendiar mi rostro mientras como una hormiga caminaba sin rumbo fijo, por laberintos de hormigon y ladrillo, paso tras paso, en busca de un efímero hogar, en busca de un dulce hogar...

He sentido la esencia de personas diferentes a mi, unidas en mismo sentimiento, la paz y el amor, unidas por el cariño y el respeto.

He sentido el eco de las viejas montanas a lo alto, orar a lo lejos mientras los susurros dormían, y todxs durmiendo y ellas despiertas, guardando la luz de las estrellas.

He sentido la frustracion, la completa perdición para después mediante versos encontrar a la esperanza hecha ser humano. Felices momentos que jamas se repetirán, y ahora, todxs tan lejos de aquí...

He sentido la caricia de la inocencia transformada en pobreza, al susurrarme al oído sonrisas con las que alimentar la ternura de vivir con poco y con mucho.

He sentido la rabia de ser despreciado por todxs en ojos de un extraño cuya vida residía por debajo de los demás. Mientras senalado era por el dedo, arrastrándose sin fuerzas si quiera para vivir, en su locura existencial aun tenia fuerzas para luchar, levantarse y exigir DIGNIDAD.

He sentido el alma del hombre en todo su esplendor, mas allá de dioses y de piedras, en una rama seca frente a un templo encontré su significado, la transcendencia llamada paz...

He sentido las lágrimas corretear por mi rostro mientras me veía en solitario perdido en algún lugar, anhelando una caricia, un beso existencial, de una amada, de una estrella, y mirar al cielo y no hallar consuelo alguno, que verme en un charco de gasolina reflejado, el cielo, una gota de aceite como Luna...

He sentido ganas de abandonarlo todo y volar, caminar desnudo por este falso paraíso existencial, y bailar, bailar de felicidad mientras los pasos eran huellas de fuego sobre la arena...

He sentido ganas de chillar en medio del silencio de apagón vital, un lago me devolvió a la calma y me dijo que chillara, el agua sumergiría mis ecos en la mas profunda oscuridad, y solo seria eso, una flor de loto flotando junto a las demás...

He sentido el amor y el cariño sin importarme ninguna condición humana, el alma como brillante estrella que porta algo mas, la LIBERTAD!

Ahora soy tan solo eso, no tengo nombre, mi cuerpo es efímero espejo que algún día se rompera. Solo soy ceniza, ceniza dispersa libre, digna, en paz...

Gracias a todxs los que me habéis apoyado, en especial a mis padres por el apoyo para realizar este viaje, a Kon por su amuleto que tantas veces me ha salvado de problemas, a la gente que se ha preocupado cuando he estado mal. 

El viaje continua.

Namastei...

lunes, 2 de junio de 2014

MI ULTIMO DIA EN VARANASI, EL ULTIMO EN ESA INDIA ESPIRITUAL


Cual mi primera sensacion al llegar a Varanasi y contemplar ese río tan referido en todo el mundo en torno a su leyenda milenaria? La verdad, lo que mejor recuerdo de ese lugar es el crematorio, lugar bello y a la vez terrible...

Tras la tranquilidad de sumerjirme por entre los ghats repletos de personas chapoteando en el agua; comunidades jainistas orando; lavando sus ropas; charlando; o esperando sentadxs a ver la ceremonia de la Punya que todos los días tiene lugar allí. Una columna de humo se divisaba ya a lo lejos, intuyendo un olor a muerte, a fatalismo existencial. Unos metros mas y a mis ojos pude contemplar llamaradas que parecían surjir de la tierra misma, convirtiendo en ceniza todo lo que podían, con sed insaciable de muerte, mientras unos monjes oraban a lo que hace pocos momentos era un cadáver mientras el incinerador, cubierto de ceniza, con una barra de metal agitaba a las llamas. Por entre fango, mierda, moscas, perros cancerberos custiodiando el paso a los que quieren entrar y no pueden, pues sus almas aun no están preparadas para el viaje, vacas indiferentes ante el lugar, como si a ellas la muerte no fuera asunto que pareciera afectarlas, mendigos esperando, sentados, alguna pobre limosna bajo el auspicio de torres pintadas de ceniza y restos de llama, todo gris, en donde el único aire que se respirase fuera el de la muerte a la vera de cadáveres esperando su turno para ser liberados de la rueda del karma...

A los primeros pasos que di fui recibido por su intenso olor fúnebre, por la situación descrita. Agobiado, acosado por los mendigos que como zombies se me lanzaban a por dinero, por monjes que me pedían 1000 rupias para poder fotografiar aquel lugar, algo a lo que me negué obviamente, pero que corrían tras de mi, y perdido, agobiado, buscaba proseguir el paso, escapar de aquel lugar.

Luego tras esa primera y fatídica experiencia, con los días me fui acostumbrando al lugar, llegando a acostumbrarme, a pasear tranquilamente para cruzar a los siguientes ghats por allí sin sentirme agobiado, eso si, siempre con el máximo respeto. Siempre que pisaba, la primera bienvenida, una bocanada de humo negro que me provocaba ganas de vomitar, caminando por entre el pis y la mierda, un olor insoportable.

Seguí viendo la estela con la que aquel lugar impregna a todo el río que pasaba por la ciudad. Un tranquilo paseo en barca por el río y de repente un cadáver embolsado flotando a tu paso, o otro día, el de un niño a juzgar por el tamaño, varado a la orilla, sin que nadie le diera importancia...Era una sensacion fuerte, triste pero a la vez hermosa, como si en parte enviar a tu cuerpo en un viaje hacia el infinito fuera como un viaje hacia la perdición por el firmamento estelar.

Uno de esos días accedí a banarme, ya que estaba integrado como extranjero con sus costumbres, que había rezado en sus templos, y por que no, en caso de que aquel río tuviera algún poder como dicen de liberarte de la rueda del karma, hacerlo? Fue un día de esos que tuve recuperandome de la fiebre y la diarrea que marco mi estancia allí, cuando tras luchar por levantarme, sobre las siete, ya de noche, decidí que tenia que despejarme, y que un baño me sentaría bien. Busque un ghat solitario, para no estar con el bullicio que en esos momentos de mareo rehuía, me desnude, deje la ropa en los escalones, y lentamente, orando con el mantra a Shiva fui sumergiendo mi cuerpo. Lo primero que recibí fue un fuerte olor a gasolina que me mareo mas, me obligo a salir del agua y sumergir solo las piernas. Igual era de noche, la bioquímica del río cambia, no lo se. En los días siguientes opte por hacerlo de día, y no es que fuera el río del baño de mi vida, pero a plena luz del día, ese repelente olor descrito cambiaba, y bueno...se estaba bien para relajar el cuerpo haciéndolo flotar, y luego por si acaso, una buena ducha en el hotel.

En lineas generales, Varanasi no fue una ciudad que como tal me impresionara, era bonita por su casco histórico, sus intrincadas callejuelas que mas de una vez me hicieron perderme, sus templos a cada esquina. Si, me gusto, pero no tanto, en si muy caótica, lógicamente con un millón y pico de personas aproximadamente, según el caótico modelo de ciudad india, era normal, y eche de menos y odio decirlo Occidente, mas que nada por su normalizado y tranquilo modelo de ciudad en el cual esta todo mas armonizado, y el hecho de cruzar una calle del centro a diario, no se convierte en una cuestión de vida o muerte, algo a lo que en mi caso, a veces con divertimiento, me acostumbre.

Luego, salvando los dos primeros dias con la gente, en lineas generales, como en todo el viaje, quitando el parrafo anterior, me senti muy agusto, relajado, con la sensacion de estar en casa, sentirme comodo, como alguien mas, que al final consiguio integrarse en una complicada sociedad como es la hindu.

Luego, que me sentí muy solo como en todo el viaje? pues si, la verdad, ir en barca y ver a otras, con parejas, hundía la moral, deseabas encontrarte con el ser especial y contemplar los bellos amaneceres por la ciudad sagrada; caminar por sus calles y compartir una rica comida vegeteriana o vegana etc. Fue duro, pero mas duro seria la vuelta a Valladolid cuando viera que la situación no habría cambiado nada, para ella, para todas, seguía siendo un bastardo raro, un loco en términos generales, y estando solo, perdido en el mundo, cansado de viajar, y teniendo que partir a otro sitio para paliar esa soledad existencial tan fuerte, tras unas semanas de descanso y procesamiento de toda la info, el material que había sacado de allí.

Me marchaba de India lleno pero con la sensacion de haberlo olvidado todo, como si nada hubiera pasado, y esas inolvidables experiencias pasadas fueran solo eso, inolvidables vivencias pasadas. Pero en el fondo, sentía que algo, algo por dentro me latía, algo diferente, puede que aunque no lo supiera, había cambiado, y ahora ese algo, necesitaba de germinar, y quien sabe, si un frondoso árbol por el que trepar hasta el cielo, arrancar una hoja y navegar por el Firmamento...

Ahí lo dejo, esa tarde del lunes marcharia a Delhi en tren, el día siguiente lo pasaría descansado, mirando el vuelo que al día siguiente tomaría, y el jueves por la noche, ya en Occidente, en mi falso hogar...que pasara lo que tuviese que pasar...


domingo, 1 de junio de 2014

EL RIO DEL CANSANCIO. FOTOGRAFIAS AMANECER EN VARANASI Y REFLEXIONES


Llevaba unos dias fatales, asquerosos, desde que llegase el lunes a Varanasi, nada había sido como me lo esperaba, igual era por el sofocante calor que tanto me agobiaba, sus comidas picantes, no lo se, pero estaba cansado, no es que quisiera irme a Valladolid, pero si, salir de ahí, desear vanamente tener mas días y poder ir al norte, donde el fresco, y poder relajarme. Cuatro días enfermo de siete que estaría allí, dos de ellos con fiebre y diarrea, los dos ultimos con fuertes mareos que hacían que me tambaleara nada mas levantarme de la cama y realizar el mas minimo de los esfuerzos. El ultimo de ellos trate de salir a comer algo, tres días sin comer me habían debilitado hasta tal extremo, que muchas veces desee consecutir el proceso de la hambruna y quedarme en el sitio, pues era hasta incapaz de caminar al baño a pocos metros de mi cuarto y hacer el mas mínimo esfuerzo. Pero tenia que comer, caminar como pudiera el medio km hasta un restaurante decente sin muchos picantes que había por el centro de Varanasi como en efecto fue. Tras esto, ir a comprar una tarjeta de memoria para la cámara, la quinta o la sexta que conseguía, con mas de 2000 fotos realizadas, calculo que puede que contando bien, llegara a 3000. Perderme por el centro, mareado, flaqueado por los mareos, perdido, hasta que al final un tuk-tuk fuera mi vía de salvación para llegar al río, coger una barca y sumergirme de lleno en un ameno paseo para descansarme y hacerme conciliar el sueno hasta el día siguiente, y poder realizar unas cuantas fotografías que el día anterior no había podido realizar de la segunda parte de Varanasi... Muchos recuerdos y muchas cosas que contar, tantos pensamientos, tantas reflexiones...

La di unas rupias, era delgada, esquelética me atrevería a decir, con los ojos tratando de mirarme, temblorosa, apenas se podía sostener en pie sujetandose al bastón como podía, estaba cansada, cansada de vivir, pero se aferraba como podía a la vida, condensada en un bastón de madera con el cual poder andar. Anciana por la ciudad sagrada, Sarnath, donde Buda dio su primer sermón a sus cinco discípulos. Por entre familias con cierto poder adquisitivo, por entre mendigos y ninos pobres que tenían fuerzas para caminar, luchar por la vida, quizás, ella, era la mas santa de todxs, la que con humildad te pedía algo de limosna para poder sobrevivir a expensas de la iluminacion. Y es que aquella ciudad, pensaba que estaría alejada de todo, en medio de la nada, pero no, en su lugar, rodeada, puestos de venta ambulante de recuerdos, estatuillas de bronce, libros budistas, collares, y el incesante trasiego de tuk-tuks con el único animo de lucro del bastardo dinero, en eso se había convertido Sarnath, en un recordatorio de que alguna vez allí hubo alguien que fue rico pero comprendio algo mas, el camino interior que conduce a la paz, y lo abandono todo, pero en este mundo de necios nada cambia, y las buenas palabras siempre terminan prostituidas, vendidas a los intereses del ego del hombre, no del ser humano, eso es lo que termina siendo la religion...

Sentirte abrasado por el calor, en un país que no conoces, desorientado muchas veces, al final tras mucho pensar terminas no pensando nada. Quieres contarlo, quieres escribirlo, que los demás sepan lo que vives, como lo estas pasando, pero supongo, que como en toda cumbre que se llega, cuando llegas, ya lo has hecho y has de regresar abajo, y lo que menos tienes ganas, es de seguir narrando. Subiste, te superaste a ti mismo, fue increíble, pero tienes que descansar. En mi caso lo voy a narrar esta vez con las fotos, mentalmente estoy completamente incapacitado para poder seguir escribiendo esta entrada algo chapucera, llevo todo el día haciendo fotografías, pateando desde las cinco de la mañana por el Ganges cubriendo el amanecer, luego Sarnath...Estoy muy cansado, pero prometo que cuando pueda, mañana quizás, continuare escribiendo y terminare por narrar mi estancia aquí en Vanarasi. Aunque la verdad, por mucho que lo haya intentando y lo continue intentando, reflejar en el blog, es imposible poder contar, transmitir realmente todo lo que he vivido y estoy viviendo aqui en la India, en donde cada dia es un sin fin de anecdotas, de vivencias para el recuerdo. Lo intento con las fotografias, como medio quien sabe, si al volver al hogar recopilar con tiempo y calma todas las entradas y anadir experiencias en mi cansada memoria, y cientos y cientos de pensamientos que dejo atras, muchas buenas ideas para en Occidente poder compartirlas y quien sabe, si cambiar algo de su corrompida sociedad, y no niego que India sea una suma de corrupcion, que su espiritualidad este como muchos exploradores de lo mas profundo indican, profundamente oculta, y que para llegar a ella en si llegar sea un viaje de toda una vida, un viaje hacia lo mas interno de cada persona, pero Occidente es donde vivo, y es en Occidente donde me gustaria ver un cambio real mas alla de las apariencias, algo que llevara a un mensaje de paz y de armonia entre sus gentes y las gentes del mundo, y en donde las fronteras solo fueran quimeras de arena que al ser sopladas solo se ve el mar, en un mundo y cierro con esta bella palabra, LIBRE...

Namastei.