sábado, 24 de mayo de 2014

VERSOS HACIA EL FINAL DE MI VIDA


Las hojas murmullan
frente a calles hediondas
de dulce olor llamado miseria,
por la cual los mosquitos penetran,
en busca de sangre satisfacción.

Me miro y me contemplo,
en una rama seca sobre la hierba,
meditando en el vacío,
en la soledad de la dulce desolación,
a la intemperie cuerpo moribundo,
asediado por los recuerdos,
libre de sometimientos,
perdido en el azar
errante condición humana,
de la cual y tan solo soy carne,
y nada mas...

Resbalo gotas de sangre,
hierve mi pecho
en el fervor religioso,
árbol viejo y seco crecimiento,
orando en la muerte,
orando en la destrucción
sonrie la noche,
cantan las torres,
lloran las estrellas...

Un espejo y ya no se quien soy,
de quien es este cuerpo que se sumerge,
en lo mas profundo de la selva,
ahogando sus pisadas entre caladas,
mientras medita serena alma reposada,
y mas y añora dulces sentimientos,
mas y se pierde por entre los recuerdos,
que al Ganges irán a morir,
y con ellos un nombre,
una figura sin figura,
un rostro sin rostro,
alejado del ficticio hogar,
sin nadie que le espere calor dar,
en la infinita oscuridad...

Y tan solo es una vela la que yace
sobre las aguas flotando,
rodeada de centellas celestiales,
cansada de tanto navegar,
un ultimo eco de luz,
una ultima gota de cera sobre la mar,
y con ella todo se disipo...

Namastei...

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