domingo, 4 de mayo de 2014

POEMAS DE SOLEDAD PARTE XII. POEMA DE DESPEDIDA EN LA CURVA

Quiero irme y mas y no deseo 
volver;
quiero olvidar y recorrer
inmersos mundos olvidados,
por donde los pasos del hombre
dejan la vista atrás,
y vislumbrar nuevos horizontes,
desnudarme ante las arenas y caminar,
siguiendo a esa lejana estrella del horizonte,
y soñar con que algún día,
la podre amar...

Marcho y si me preguntan,
no sabré responder,
a donde los latidos del pecho me indiquen,
a perderme ya sin mar,
al que de menos añorar...

Saldé mis deudas con esta noble gente,
humildes pechos brillantes,
me desnudé ante ellos,
se lo entregué todo,
y si fallé,
tarde es para arrepentirme,
para atrás volver,
pues mas y no puedo ya llorar,
que vacío estoy ya de lágrimas,
afónico ya y más no puedo chillar,
lo dí todo y me perdí...

En mi eterno adiós,
la eterna despedida, que no cesa,
el poema que no quise escribir,
el verso realizado en ceniza,
el poeta transformado en eco,
el recuerdo transformado en arena...

Adiós, adíós,
peregrinos errantes de la senda,
quen sabías lenguas vernáculas,
es llamada vida...

Marcha el corsario sin hogar,
se disipa la niebla,
y todo queda atrás,
tan solo las huellas,
tan solo las pisadas,
que marcan un devenir más,
en la eterna consciencia,
absoluto Brahman,
de aquel que algo más,
que a todxs ilumina...

¡La esperanza, la esperanza!

Y sea la dicha dada...

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