La sangre púrpura es en mi pecho,
es vacío e incomprensión,
triste melodía existencial,
un desgarro de amor,
incomprendido,
bajo tristes anhelos,
el hogar que es buscado,
y no jamás hallaré esa paz,
y serán todo vanas palabras,
vanos ideales por los que
el eterno vivir,
un último adiós,
y se cerrará el poema...
Y anciano ya me observo,
que no llegaré a la vejez,
pues por estas vidas lo sé
que me perderé,
mientras loco los supremxs me llaman,
mientras unxs que silencian,
y no se si algún día
volveré...
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