domingo, 4 de mayo de 2014

POEMAS DE SOLEDAD. PARTE III-IV. ABRAZÁME MUERTE



Shh,shh,
la llama que se apaga,
shh,shh,
la cola serpentea,
los dientes incan,
sobre mi pecho sangriento,
shh,shh...

Arropame con mi sangre,
centellas esparcidas,
polvo diamante,
hazme morir de nuevo,
la encarnación de la serpiente...

Los cielos se tiñen de rojo,
llueve sangre sobre oro,
se esparce el fin,
muerde la serpiente mi pecho.

La llama que se apaga,
abrazame muerte, abrazame muerte,
de tanto vano duro sentir,
de tantas vanas desilusiones,
de tantas vanas químeras.

Desatame,
y dejáme enroscarme
en el árbol de fuego,
y que mis ojos lloren sangre,
en este mundo de desolación,
arido por las llamas de la mar...

Shh,shh,
shh,shh...

¡Desátame desta locura existencial,
desta encarnación mundanal,
muerte mi pecho,
arropame con mi sangre,
y hazme ser feliz de nuevo,
y conjurar con mi mano chamán
más sangre que cicatrice los pechos envolventes,
y hazme girar,caer de nuevo en trance,
mientras lágrimeo púrpura sin cesar!

Shh,shh,
shh,shh...

Las sonrisas de las almas félices,
se vuelcan en ataduras sin piedad,
no existe la paz,
almas que portan filos,
con los que asesinar al cienpiés milenario,
idolatrada estupidez...
arrogante humanidad...

¡Golpeame, golpeame,
acuchillame, acuchillame,
este cuerpo abrazado al árbol de fuego,
masturbandose sin parar,
llorando sangre esparcida en la ceniza ardiente,
de este mundo mundanal!

¡Hazme sentir vivo otra vez,
hazme sentir vivo otra vez,
sangrando sin cesar,
enroscado a la serpiente,
masturbandome sin cesar,
mano de chamán!

Pérfida estupidez humana...

¡Se apagó la llama!
¡Se extinguieron las lágrimas!
¡Murió la serpiente!
¡Se apagó el árbol de fuego!
¡Caí en la ceniza ardiente!
Me petrifiqué...

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